miércoles, 22 de abril de 2009

Delirabamos.


Si vas en la subida, escuchando la brisa rápida, sintiéndola en tu rostro, con muchos ánimos. Te bajas, la brisa descansa junto a tus manos, tocando el rio, el agua fría entre las piedras que eclipsan un sentimiento, que ahogan una verdad en sus profundidades, que embriagan tu cabello rojizo y yo te veo, lloro, yo te veo y me lamento, yo te veo y grito dentro de mí, pero tu vez una sonrisa, tu no ves mis ojos escondidos, tú ves un cuerpo y un momento, tu solo ves un instante, tu no ves nada, no hay nadie ahí.


El camino de piedras. Se saltan, se esquivan, se bordean, se camina entre las piedras, pero nunca llego, el rio es extenso y nunca llego, siempre resbalo, me levanto y vuelves a tirarme al agua, vuelves a helarme con tus directas, con tus frías palabras.Podría leer, podría hablar, podría cantar, pero solo quiero verte, solo quiero estar cerca de ti y tú me alejas y no te culpo, solo me pregunto ¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo llegue a morir así?


Hoy no quiero cantar, hoy solo quiero vomitar el antialérgico que tome, dejar que el sueño me venza, sentirme como una princesa dormida en la torre más alta del castillo esperando que su príncipe venza a la malvada bruja y la rescate con un beso, pero sé que no eres tú, que tu no ves ningún obstáculo, tu solo te preocupas por tu propio sueño, ¿Dónde dormirás?, ¿cierto?¿Si te digo que tienes la razón tomarías mi mano esta noche?No estoy segura de querer ofrecértela, aun asa viajas en mi sueño, en su sueño, en tu sueño, viajas en un sueño y llegas a una realidad tan lejana a mí.Deténganme, yo no puedo sola.

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