martes, 21 de abril de 2009

Tu vida sin mi.


Dicen que todo está bien, que todo va como debe ir, que solo fue un sueño del cual despertamos en perfecto estado, sin sudar, sin alterarnos, sin des tender la cama.


Dicen que perdí la cordura por algunos momentos, digo que ser irracional fue lo más difícil e incompresible que he vivido, digo que no saber quién era me hizo conocerme más.


Te vería cada mañana caminar al baño, abrir la ducha y meterte con la ropa puesta aun, vería como te mojas la cara y lavas tus lagrimas antes de quitarte la ropa empapada, te vería salir del baño y vestirte silenciosa hasta sentir hambre y te vería comer sentada en la tercera silla de la mesa en la cocina, con la taza de café en la mano izquierda y con la mirada baja llena de alegría que ahora es reemplazada por tristeza.


Te vería vivir si yo viviera.


Te vería moverte, te vería remodelar tu nuevo apartamento, te vería correr desesperada por la playa en un vestido blanco y un velo que resalta tu cabello corto rojizo.


No dudaste en cortar sus esperanzas al saberme de vuelta, no dudaste en idear un plan de fugitivos en el que viviríamos juntos y dormiríamos separados hasta que yo cumpliera 21 años
No reparaste en gritarles tu furia, en golpearme y llamarme mentiroso.


Ella tampoco reparo en volver y una vez más arruinarlo todo, lo poco, la locura, todo.
Llenó mi bolso con tus cartas cerradas, nunca antes leídas y se metió en mi cabeza convenciéndome que yo no era yo, que te amaba a ti y por eso no podría ser yo, pues yo la amo a ella y al abrir mis ojos habría corrido a sus brazos, pero corrí a los tuyos, por eso no soy yo, pues yo vivo por ella, pero no soy yo pues yo vivo por ti, no soy yo porque yo te amo a ti y sin ti no soy yo, sin ella no era yo.


Sumiso me aleje nuevamente, mas esta vez me fui en vida, sabiéndote sufrida y confundida me fui a vivir 11 años más, los que serán comunes, como los de cualquier niño, serán vacios sin ti. Me fui dejándote un excelente camino, me fui dándote una vida mejor, una muerte en vida como la mía, mi segunda muerte, la cual ahora compartes conmigo estando sin mí.

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