martes, 21 de abril de 2009

Mi vida sin mi.


Rezas porque todo le salga bien.


Rezas porque tu esposo se enamore de esta mujer que lleva tu nombre y que tus hijas le confíen sus secretos como nueva madre.


Rezas porque todo sea rápido y perfecto.


No sabes ni por qué ni a quien le rezas, pero rezas.


Muchos lugares que nombraste en aquella mesa, paisajes en Chile y la Argentina, México y Alaska.


Oh querido Lee, me enamore de ti, a pesar de mi vida casi oculta y mis sueños de la tarde te amé.


Deseando que no te enteraras de mi próxima y cercana muerte te mentí y escondí mi

cotidianidad para no hacerte sufrir, ahora que estoy muerta espero que estés enojado y puedas drenar, entender y perdonarme.


Espero estés escuchando esto sin llorar, también te amé.


Por amor a Dios, ¿podrías pintar tus paredes y comprar muebles? Nadie es tan condescendiente como yo y no querrás que la próxima mujer que venga salga corriendo antes de poder conocerte bien; me pregunto qué veras en ella, seguramente veras el 50% que se supone tienes que ver, ¿cuánto fue que viste en mi?, ¿un 10%? Creo que si hubieses visto más me habrías odiado.


Después de todo no estuve tan loca como para abrirme completamente a ti.


Muchas veces solo necesitas para y respirar, dejar de complacer a los demás o cumplir con tu trabajo aunque sea por unos segundos, solo respirar y volver a la fantasía dentro de la bocanada de aire que entra por tu boca hasta tus pulmones, llenos de oxido por las lagrimas y llenos de acido por el aire contaminado de tus mentiras; saber que solo necesitas respirar esperanza, que hay un día más y que aunque la muerte esté más cerca de lo que pensamos siempre será bienvenida pues es parte de la vida, como la oscuridad es parte de la luz, el odio es parte del amo, y como tú eres parte de mi.

No hay comentarios: