miércoles, 22 de abril de 2009

Pigmentos Paganos.


Su piel es totalmente blanca, comparable con la mirada de sus amigas, vacía, impura (aunque el blanco se relacione con la pureza)


Carece de color, ella vive, camina, ríe, pero sigue siendo blanca como la tormenta de nueve en el cabello de su nana.


El único pigmento en su cuerpo está en su cabello, sus pezones, sus ojos y sus labios lo cual no le favorece mucho pues su cabello es un desastre, debería ser liso, rojo y con un corte francés, en vez es naranja mierda, dañado por los tintes, reseco y totalmente común; sus pezones son más grandes de lo normal, o por lo menos eso es lo que ella piensa, son deseables para unos, repulsivos para otros, rosados como el brillo tenue de una mujer virgen y pura, aun cuando ella de virgen no tiene mucho.


Sus ojos; estos son difíciles de describir, no se sabe si los sacó a su mamá o a su papá, oscuros y callados, aunque un hombre de unos treinta años le dijo que tenía algo y que esto se reflejaba en sus ojos:
-Ud. Tiene algo, algo como… no sé que es.-
- ¿algo como qué? ¿Por qué lo dices? –
-no se pero en tus ojos veo algo que jamás había visto-
-¿sí? , bueno me gustaría decirte que me siento alagada pero no puedo mentirte, no sé si ese algo que ves es retorcido o hermoso…-


Desde entonces esconde su mirada tratando de no descubrirse ante la gente.


Por último, el único pigmento hermoso que posee, sus labios, estos son el motivo de su orgullo, son preciosos, en forma de corazón o de manzana, rojos como las heridas o como sus sarcillos poco favoritos. Gruesos y besables, totalmente besables, necesariamente besables, irresistiblemente besables, no como los de Jolie pero gruesos suficiente como para resaltar más que sus ojos.


Ella los muerde para seducir, su mirada cambia al tiempo que cambia su estrategia, pero no porque piense que funcione ver a alguien tan detenidamente sin esconderse, sino para ver como los ojos de su presa se posan sobre su boca y se tensa con disimulo, ella pasa su lengua por su labio superior sabiendo que tiene éxito y que pronto el animal que se muere por atacarla caerá ante sus pies, o ante sus labios en este caso; decide dar un paso atrás para estar segura que será perseguida y entonces no queda mucho tiempo, su orgullo le regala un beso mas para su colección, ya lo debes saber, ella colecciona labios, sabores, formas, lenguas, erecciones y semen.


Ella está feliz de tener uno más en este momento, pero esa alegría se desvanece al día siguiente como el bronceado que su piel absorbe tan solo por 24 horas, al final adentro queda tan blanca como afuera, su corazón palidece como la palma de sus manos y su cabello vuelve a ser el mismo, su mirada se expresa tímidamente, sus pezones siguen siendo más grandes de lo normal y sus labios descansan en su pálido rostro.


La vergüenza se funde casi tan rápido como su triste-casi feliz existencia y todo comienza otra vez.

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