miércoles, 22 de abril de 2009

No, no son Orquideas, son Marians.


Despertando, es la mañana de la decisión final, no tomaste tu café porque te pone ansiosa y la ansiedad no te deja pensar.



Habías soñado con un caballo, una mariposa y la letra A; esa mañana fue fácil despertar, pues no dormiste bien, el sueño fue equivocado y te hizo temer.



El te había dicho que no había nadie más, tu le creíste; yo no.



¿Qué tenias que decidir? Si el caballo te había dicho que el nombre de la mariposa empezaba por la A, tu no debías creerle; ¿qué carajo saben los caballos?; pero le creíste y lloraste.



María me enseno una canción que empieza con una tierna guitarra y termina con una voz femenina; me había dicho que era hermosa y le creí, pero no llore; no llore como tú.



Los colores se atravesaron en el cielo mientras amanecía, yo deseaba ver la tarde, pero aun era muy temprano y solo me quedó seguir durmiendo hasta poder ver el Sol caer, pero tu despertaste, tú te pusiste ansiosa, tu lloraste y decidiste que hoy era el día; han pasado muchas horas y los colores siguen atravesados, mas opacos, mas densos por la noche, pero aun podemos ver su belleza en el recuerdo. Yo recuerdo la tarde, tú recuerdas esa mañana que te despertó sin sonreírte.



Te quiero ver, quiero visitarte, acompañarte y ofrecerte mi ayuda; quiero darte las buenas noches y peinar tu cabello.



Quiero poder cambiar mi felicidad por tu dolor, así te sentirías mejor, pero no puedo; no debo.
Eres la mejor de todas las Marians (así se llaman las flores que invente y son azules) la más linda, las más vulnerable y las que más ama a las Stefys (esas son otras flores, pero no te contare como se crearon, son moradas). Si pudiera sembrarte en mi maseta no lo haría, pues te mentirían y creerías y llorarías, y las Marians no lloran, ellas siempre se ven lindas, como tú.


No hay comentarios: